lunes, 7 de marzo de 2016

Amnistía cuestiona a los Estados que actúan como "aparato reproductor de la violencia contra las mujeres"

07/03/2016 |
El documento, que analiza el acceso de las mujeres a los servicios de salud sexual y reproductiva en países de la región, revela que las mujeres dependen de su capacidad adquisitiva o de las convicciones religiosas y personales de los profesionales de la salud para acceder a servicios básicos como la contracepción –métodos empleados para evitar la fecundación-, el aborto sin riesgos o la esterilización.
"El Estado como aparato reproductor de la violencia contra las mujeres" es el informe que este lunes dio a conocer Amnistía Internacional, donde se consigna que Chile junto a otros 6 países en América Latina prohíbe el aborto en todas sus formas.

El documento, que analiza el acceso de las mujeres a los servicios de salud sexual y reproductiva en países de la región, revela que las mujeres dependen de su capacidad adquisitiva o de las convicciones religiosas y personales de los profesionales de la salud para acceder a servicios básicos como la contracepción -métodos empleados para evitar la fecundación-, el aborto sin riesgos o la esterilización.

Pero eso no es todo, pues donde los Estados han legislado en la materia, el acceso a un aborto para salvar la vida de la mujer resulta muy difícil porque algunos profesionales se niegan a practicarlos por motivos ideológicos.

A juicio de la organización, esta situación permite que "la vida de millones de mujeres y niñas de la región está a merced de sistemas 'tipo lotería' de asistencia a la salud que anteponen los estereotipos y la doctrina religiosa a la vida del paciente".

Para la directora ejecutiva de Amnistía internacional Chile, Ana Piquer, "es necesario eliminar políticas públicas y prácticas discriminatorias que vayan reproduciendo este tipo de violencia, y también un llamado al Sistema Interamericano a mirar esto de manera integral y generar estándares formales para los Estados parte, que pongan en el tapete que estas son formas de violencia".
Cabe destacar que junto a Chile, el informe indica que El Salvador, Haití, Honduras, Nicaragua, República Dominicana y Surinam son los países de la región que prohíben el aborto bajo cualquier causal.

En relación al aporte que pueda significar este estudio, Piquer cree que servirá para "visibilizar el hecho de que este tipo de negación a la posibilidad de decidir de las mujeres en materia sexual y reproductiva es una forma de violencia, en ocasiones constituye tortura, y por lo tanto es una violación a los derechos humanos de las mujeres".

En Chile

Pese a que de acuerdo al estudio existen pruebas claras de que el prohibir el aborto en todas las circunstancias no impide que se practiquen, Chile cuenta con una ley que obliga a las mujeres a continuar el embarazo aunque éste sea inviable, ponga en riesgo su vida o sea producto de una violación.

En este sentido, el informe se enmarca en un tenso proceso de discusión sobre el proyecto de ley que despenaliza el aborto en tres causales, cuestión que Ana Piquer valora por "el hecho de que hoy día se esté discutiendo en el Congreso una ley para despenalizar el aborto en tres causales después de tantos años es una señal de que el tema está cada vez más dándosele una perspectiva de derecho".

Por su parte, el matrón y promotor de los derechos de las mujeres, Gonzalo Leiva, rescata lo positivo de la discusión legislativa pese a que "el proyecto es súper mediocre".

"Igual, en este tiempo de discusión hubo masa crítica que entendió que la mujer tiene derecho a decidir sobre su cuerpo, y al menos ya sabemos que más de la mitad de la población apoya la despenalización del aborto en tres causales" indicó.

Por su experiencia, Leiva cree que es necesario entender que los instrumentos de control de fecundidad y el aborto son una realidad en el país, ya que "muchas mujeres preguntan por whatsapp a sus amigos relacionados al área de la salud sobre '¿Cuándo me tomo la píldora (del día después)?' y otros tratamientos, y yo no entiendo que se haga oídos sordos a esta situación en vez de generar alternativas a través de la educación sexual".

Por lo mismo, el promotor de los derechos de las mujeres considera que "el discurso de los sectores conservadores es de una doble moral tremenda, porque te dicen 'Te obligamos a gestar pero lo que ocurra después, nosotros no te obligamos'. O sea, que tu hijo nazca en un país donde no tiene acceso a educación ni salud garantizada de calidad es un tema. Entonces, me obligas a gestar pero después te desentiendes".

Según el Ministerio de Salud, en Chile más de 33.000 mujeres ingresan al año a los hospitales por complicaciones derivadas de abortos, que en muchos casos los problemas surgen por abortos inseguros. De ellas, cerca de 3.600 son niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años de edad, no obstante, se estima que la cifra sea superior.


FUENTE: CAMBIO 21

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