jueves, 5 de octubre de 2017

Otra carta que restituye el ambiente después del golpe

 Publicado el 05 Octubre 2017
 ESCRITO POR JORGE MAGASICH
Después de publicar las cartas de Antonio redactadas en octubre de 1973, glorificando el golpe de Estado, (www.elclarin.cl/web/noticias/politica/23626-serie-de-articulos-sobre-el-periodo-1970-1973.html), damos a conocer ahora una misiva escrita por el sacerdote Julio Fernández en noviembre del mismo año.[1]Esta presenta una visión particularmente lúcida de las primeras once semanas de semanas de “gobierno de las ffaa y de orden”.


En noviembre 1973 el sacerdote viaja a Montreal. Desde allí (no se atrevía a redactar un texto así en Chile), escribe a su amigo el capitán de la Armada Gerardo Hiriart, quien entonces termina su doctorado en California[2].
La carta es uno de los primeros textos que informa metódicamente y con ponderación de lo que se conoce de la represión. Sintetiza brillantemente los “problemas” que amenazan a cualquier disidente, o a los considerados como tales. Capta con sutileza el clima de desconfianza en los medios laborales, y describe el reino de la censura de teléfonos, de telégrafos y de la correspondencia. Relata lo que se sabe de la tortura y de la militarización de las escuelas.
También informa de la intensa propaganda para persuadir a los militares que es necesario liquidar a “los marxistas” y las tristes perspectivas de los militares constitucionalistas.... Una perspicaz visión de la sociedad de fines de 1973.
Al recibir la misiva el capitán Hiriart ve confirmadas sus sospechas. En nombre de sus principios democráticos, resuelve renunciar a la Armada y pide asilo en México. En Chile, una corte naval lo procesa, en ausencia, por Abandono de destino en tiempo de guerra. El fiscal Morales y el secretario Schiavetti piden 20 años de presidio. Luego suspenden la tramitación hasta la presentación o aprensión del inculpado. Gerardo Hiriart sólo podrá regresar en 1994, cuando el caso es sobreseído.

Carta del sacerdote Julio Fernández al capitán Gerardo Hiriart, 29 de noviembre de 1973

Montreal, 29 de noviembre 1973
Estimado Gerardo:
Te prometí que te iba a escribir. No lo hice la semana pasada porque no tuve tiempo “psicológico” para hacerlo. (La máquina que uso no tiene caracteres españoles, por lo tanto perdona la ortografía).
No quise dejar que pasara la ocasión de ponerte por escrito lo que traté de decirte por teléfono. Hay varias cosas.

1.- Tu familia.- Mi información es la siguiente respecto a los que conozco.
Don Guillermo se encuentra bien aunque muy abatido por lo ocurrido. De ninguna manera lo aprueba, al contrario lo condena. La última vez que lo vi fue en Santiago una semana después del golpe mismo. Boris, su hijo, hasta el momento no tenía problemas. De todas maneras tarde o temprano los tendrá. Es casi seguro.
Cuando te hablo de problemas, me refiero a un abanico más o menos restringido de dificultades posibles que van desde ser expulsado del trabajo, lo que significa dificultades para encontrar otro, hasta ser encarcelado. Esto último puede producirse por razones que muchas veces se desconocen. O que refieren a situaciones olvidadas en que uno pudo tener participación muy marginal. Ser acusado de estafa por alguna industria estatizada o intervenida, por ejemplo.
Tu madre y tus hermanos, todos bien. Creo que un cuñado tuyo (o futuro cuñado) perdió su trabajo también. Tenía que ver algo con el sag[3]. De esto no estoy muy seguro.
El Flaco Martín, hasta el momento de mi partida no tenía dificultades en el ámbito del trabajo. Excepto naturalmente las que eran de esperar. Es decir, desconfianza de los que te rodean, imposibilidad absoluta de expresar lo que piensa o se siente, vigilancia por parte de los alumnos respecto a lo que se enseña. En una palabra: estar fuera de la cancha, totalmente.
Esto que te describo se refiere a la Universidad. Olvidaba decirte que seguramente nos echarán a todos en enero o febrero, aunque no es seguro. El Flaco también trabaja en cide, por ahí la cosa está mejor, claro que de todas maneras existe la censura respecto a lo [que] se hace. Habría posibilidades por este lado de obtener para él una beca a Stanford. Creo que lo está trabajando y que tiene muchas posibilidades.

2.- Recados.- Ellos provienen del Flaco solamente. Me pidió que te llamara y te contara lo que está pasando por aquí. Que te diera mi versión. Además que te explicara cuál es el verdadero contenido de las cartas que te envían. Que te hiciera saber también que el correo, telégrafos y teléfonos están intervenidos. Las cartas son abiertas, aunque no sé conforme a qué criterio, las conversaciones son grabadas (no sé si todas). Todo esto obliga a buscar medios indirectos de comunicación.
Sobre tu vuelta a Chile, según cree el Flaco (me interesa que esto quede claro) no es color de rosa. Con seguridad serás remitido a puestos de segunda a tercera importancia. Según mis informaciones, en las ffaa todos los oficiales o soldados simpatizantes de la up han sido reducidos. Se les ha dado de baja, encarcelado en los regimientos o equivalentes, cambiados de lugar habitual de trabajo, y algunos se les fusiló o suicidó. Esto último lo sé sólo por terceras personas. Quizás tú estás más informado.
Los miembros de las ffaa están sometidos a un régimen muy duro de trabajo y a un bombardeo propagandístico muy intenso. No deben pensar mucho y no deben perder la sensación y convicción de que tienen un enemigo delante de ellos. Esto es normal, de no ser así podrían producirse con mucha facilidad grietas en su interior. Hoy día están muy cohesionados. Tienen y se les fomenta una mística que los lleva a considerarse los “salvadores” de Chile. Una muestra de esto es la aparición del Plan Z donde todos sin excepción iban a ser pasados poco menos que a cuchillo. Por lo tanto los mensajes están orientados a convencer a las ffaa que la cuestión era de matar, aprisionar, torturar, liquidar a los “marxistas” o “extremistas” antes de que ellos liquidaran a todos los oficiales y clases.
Tú que conoces de estas cosas de guerra ¿crees qué sería posible, realmente con armas cortas y algunos bazoocas (no sé cómo se escribe) liquidar a todos los soldados en el Parque Cousiño el día de la Parada, sin que lo supiera o le sospecharan los servicios de inteligencia???? Bueno, el plan Z lo consultaba.
FUENTE: EL CLARIN

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