domingo, 7 de diciembre de 2014

Germán Gamonal: "Sin políticos no hay democracia" afirma el experimentado analista

07/12/2014 |
Por Mario López Moya
Nada más noble que el servicio público, aquel donde los políticos entregan virtudes, capacidades, inteligencia y esfuerzos en beneficio de los demás. Tan loable tarea está en la mira de la desconfianza. ¿Qué hacer para revalorarla?
Buscando respuestas a la pregunta de qué se puede hacer para terminar con el desprestigio de la política, Cambio21 buscó conocer la opinión de un conocedor de la acción partidaria, el periodista Germán Gamonal, que lleva unos 50 años comentando la actualidad política en medios escritos y radiales.

La voz de Gamonal se sigue escuchando con interés y respeto en radio Portales, diariamente a las 8 de la mañana, como antes sucedía con la de Luis Hernández Parker, en su Tribuna Política de radio Minería a la hora de almuerzo.

-¿Dada su experiencia, qué hay que hacer para revalorar lo político, la política y por supuesto a los políticos en general?

-Usted toca un tema que me llega a las fibras más íntimas, porque yo vengo tratando de saber exactamente lo que usted me está preguntando, qué se puede hacer para volver a tener una política prestigiosa, tener diputados y senadores que sean ejemplo para las personas que viven en nuestro querido país. Muchos podrán decir, pero si los políticos están desprestigiados en todas partes, eso es cierto, pero nosotros vivimos en Chile, en donde hemos tenido una clase política ejemplar.

-De acuerdo, pero ello no siempre ha sido así, en oportunidades no dieron el ancho

-Así es. Le voy a dar un solo dato. Todos los problemas políticos de Chile, en toda la historia de nuestro país, todo se ha podido resolver por los mismos políticos, salvo dos situaciones que son la excepción. Los políticos no fueron capaces de solucionar lo ocurrido con Balmaceda en 1981. Resultado, una guerra civil, la muerte del Presidente por mano propia y 30 años con el recuerdo del episodio aquel desastroso para el país.

El segundo tema que la clase política no pudo resolver. 1971 - 1972 y 1973. Fue necesario un golpe de Estado, cosa que es raro en nuestra Patria, sobre todo con ese golpe de Estado, tan cruento y que trajo tantos problemas a los chilenos y todavía tenemos, como dijo el poeta, "esa vieja herida, que nos duele tanto". Por lo tanto, parto de la base que el político el Chile ha sido un buen político, las excepciones las conocemos.

-Entonces, ¿qué ocurre hoy con ese divorcio entre la clase política y la ciudadanía?

-Que el político no ha sabido adecuarse a los nuevos tiempos, vivir la nueva realidad chilena. Hoy la gente está muy informada de todo lo que ocurre, por los medios escritos, radios, televisión y ahora además por las redes sociales, internet y todas las nuevas plataformas tecnológicas que usan los "lolos".

La gente está pendiente de los políticos y aquel que se porta mal, se conoce que se porta mal. Aquel que hace boletas falsas para que le dé plata el banco tanto "que lo dirige y es dueño un amigo mío", es lo que deprecia la política, porque en política, reitero, todo se sabe,

-¿Y quién le pone el cascabel al tigre?

-Aquí los verdaderos preocupados por el mal estado de la política, deben ser los políticos. ¿Qué hacen los senadores y diputados por mejorar la política? La respuesta es muy simple, no hacen nada o casi nada, como que dan vuelta la espalda, "todos están desprestigiados, menos yo". De manera que es un tema que hay que enfocar con seriedad y en el fondo, la política es una cuestión apreciada, sin política, no hay democracia, porque la democracia funciona y funciona bien, cuando hay políticos responsables, como hemos tenido en Chile, siempre, con las excepciones señaladas.

En ese sentido, el político de hoy debe actuar con responsabilidad y con coraje cívico, así las críticas, sobre todo malévolas, quedarán atrás como la noche.

No solo los parlamentarios, sino que las propias cámaras deben ser defensores de la actividad política, mirar de frente y enfrentar el problema de frente, la política es tan grande que hay que defenderla. He tratado de hacerlo en los más de 50 años que llevo en esto, en la radio, medios escritos, etcétera, claro que estoy haciendo esto en absoluta soledad, pues no represento a nadie sino que a mí mismo. Creo que aún es momento de hacer una gran cruzada en defensa de la política, defensa del sistema, porque sin políticos, sucumbe el sistema.

-¿Qué tanto incide en la lejanía de la gente el voto voluntario?

-El voto voluntario, que se aprobó en un momento de alegría, quizás de borrachera, ha dado como resultado que la mayor parte de la gente no va a votar y eso le quita legitimidad a las autoridades electas. He escuchado, incluso en mi casa, lo que reconozco con algo de pudor: "Para qué voy a votar, si todos los políticos son iguales. Para qué me voy a levantar temprano, si yo tengo que ir el lunes a trabajar como todos los días y como la gran mayoría de chilenos, porque la política sólo ayuda a los políticos y estos, tú sabes, son todos unos frescos"...

-¿Y no lo son?

-Discrepo de esa apreciación. Hay que cuidar a la política, y si hay críticas, hacerlas, pero con altura de miras, porque los políticos no son agiotistas ni nada negativo, aunque, por cierto, tienen defectos como todo ser humano. Pero si estoy claro es que fue un error dictar las disposiciones que impiden que sea una obligación votar, pues votar sí es una obligación, es un deber cívico, no tiene por qué decirnos la ley, usted vota o usted no vota y si no lo hace, no pasa nada. Eso hace que suceda lo que aconteció en las últimas elecciones, en cuanto a la alta abstención. Chile está acostumbrado a votar, pero si le dicen "mire, no le pasa nada si no vota", se incurre en un error tremendo que hay que revertir. Las cosas se deshacen de la misma manera en que se hacen.

-Y vuelvo a la pregunta original, ¿qué hacer para revalidar la política?

-Es verdad que es más simple pifiar a los políticos, denostarlos, criticarlos hasta con mala fe, pero la democracia se sustenta en los partidos, sean de izquierda, centro o de derecha. Chile ha tenido miles de nobles políticos y eso debe mantenerse, trabajando con seriedad, con ahínco, con transparencia y vendrán los tiempos en que la política será aplaudida por lo que decíamos antes. Sin política y sin políticos no se concibe la democracia.


FUENTE: CAMBIO 21

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