domingo, 16 de noviembre de 2014

Hechos y no palabras: Hablar de la desigualdad está de moda. Pero ya no es suficiente.

15/11/2014 |
Por María Cristina Prudant
Todos comentan que hay que enfrentarla. Lo dicen el Papa, Obama y muchos otros, porque es el tema que atraviesa a la sociedad en el mundo. El pilar fundamental del programa de la Presidenta Bachelet es terminar con ella en Chile. Pero quienes concentran la riqueza en el país, ¿están dispuestos a cooperar en esta tarea?
El capitalismo ha creado una desigualdad infinita, porque sus seguidores no se conforman con los niveles de enriquecimiento que alcanzan. Siempre quieren más y para ello no les importa someter al más débil. Según el economista francés Thomas Piketty, quien se ha dedicado a investigar el tema y en base a ello escribió el libro "El capital en el siglo XXl", la desigualdad perpetuará desigualdades importantes en el mundo.

"Cuando usted tiene un capital abundante usted puede consumir loesencial de lo que gana, las cuatro quintas partes, por ejemplo, y necesita invertir solo un quinto para que su capital aumente al mismo ritmo de la economía. Y eso permite a sus descendientes guardar sus posiciones sociales", afirma Piketty.

Eso, en términos generales, porque el economista tiene una mirada pesimista, pues "siempre cabe la posibilidad de que ciertas familiasconsuman mucho, otras no, otras tendrán muchos hijos, habrá movilidad. Pero mientras más grande es la diferencia entre la tasa de crecimiento y el rendimiento del capital, menos importante será la movilidad. Y en el futuro, en el siglo XXI, el crecimiento no será de 5% eternamente. Ha sido fuerte en Europa, es fuerte hoy en los países emergentes, pero cuando estamos en la frontera tecnológica mundial, no se puede crecer siempre".

Piketty plantea en su libro que la concentración y el rendimiento de la riqueza tienden a aumentar por sobre el crecimiento de la economía, es decir, los ricos son cada vez más ricos mientras el resto de la población gana cada vez menos. ¿Le suena conocido?

Cambia la distribución

En nuestro país también hay economistas que se han dedicado a estudiar la desigualdad, entre ellos Ricardo Ffrench Davis, quien por estos días parte a Francia a dictar varias charlas sobre este tema, pero antes conversó con Cambio21.

-¿Cómo se ha ido dando en Chile el tema de la desigualdad?
-Hay dos cosas: cuánto y cómo se discute y cuál es la visión más estereotipada. Lo otro es qué ha pasado con la distribución del ingreso en dictadura y en democracia, que no es una cosa lineal, tiene cambios muy sustantivos a través del tiempo. En mi tesis de doctorado en Chicago parto diciendo que hay un profundo descontento con la desigualdad del ingreso en Chile, a pesar de los grandes avances que tenemos en los años 60 en el gobierno del Presidente Frei Montalva con la Reforma Agraria, mejoramientos del salario mínimo, excepciones laborales y la promoción popular, etcétera, que hay un despertar de la expansión social y eso después fortalece el gobierno del Presidente Allende.

-Sin embargo, se advierte que después viene un retroceso.
-En los 70 y 80 tenemos un retroceso muy fuerte con las políticas neoliberales en términos de número. Si uno toma la cuantificación del ingreso del quintil rico y el más pobre, en los 60 y comienzo de los 70 estamos con coeficientes de 12 o 13 veces los ricos sobre el pobre. En la primera mitad de Pinochet son inferiores a 15 veces y en la segunda mitad llega a 20 veces, o sea, hay un deterioro espectacular en la distribución del ingreso durante la dictadura. Y eso, para los neoliberales que dicen que ellos hacen bien las cosas, lo hicieron de manera profundamente regresiva, con un gran deterioro.

-¿Qué pasó en los gobiernos posteriores?
-En el de Patricio Aylwin hay un mejoramiento de 20 a 13,7 veces y después se nos empieza a deteriorar y llegamos a 16 veces. Y ahora estamos de vuelta, algo parecido a lo que se logró en el período de Aylwin o un poquitito mejor, en parte porque mejoró el empleo con todo el impulso que hubo con la llegada de las ganancias del cobre, que muchas se repartieron. Hubo reformas sociales que se financiaron con platas del cobre, no con nuevos impuestos, sino simplemente el precio del cobre, que es transitorio. Hoy es 60 centavos más bajo que en el año 2012. Y el gobierno de Piñera repartió las platas del cobre, lo que fue una irresponsabilidad. El gasto social permanente hay que financiarlo con ingresos permanentes; por eso él debió haber realizado una reforma tributaria en serio, que es lo que ha hecho ahora la Presidenta Bachelet.

-¿No siempre ha sido tan mala la distribución del ingreso?
-Hay altibajos bien grandes. Es un error cuando se dice que siempre la distribución del ingreso ha sido muy mala en Chile. Hemos tenido muchos altibajos y las políticas sociales y económicas hacen una diferencia. Tenemos que aprender cómo hacemos política económica para adelante para mejorar sosteniblemente la distribución del ingreso y eso está presente en el programa de la Presidenta Bachelet.

-Piketty dice que cada vez los ricos son más ricos.
-Eso es siempre que no haya impuestos. Eso se corta con varias cosas. Él está hablando de la distribución del ingreso y emite una teoría general para todo el mundo, para Altovolta, Sudáfrica, Bolivia y Suiza y, obviamente, hay diferencias entre todos esos países. Por eso se dice que la reforma tributaria que se hizo es progresiva, o sea, quiere corregir, mejorar eso. ¿Y cómo lo hacen? Gravando más los altos ingresos. La riqueza está concentrada y la tasa de retorno del capital en Francia es mucho más alta que el crecimiento del producto, porque en Francia el producto crece 2 a 3 % por año. Con suerte en 3%.

-¿Cómo fue el crecimiento en los años 90?
-n el comienzo del gobierno del Presidente Aylwin y el de Frei el producto creció 7%, por lo tanto, ¿por qué mejoramos la distribución del ingreso en el período de Aylwin? Porque hubo una reforma tributaria del año 90 que gravó, fundamentalmente, los sectores de altos ingresos. Más de la mitad de los ingresos vinieron de restauración, reposición del impuesto a las utilidades de las empresas. ¿Quiénes son los dueños de las grandes empresas? El 5% más rico. 
Crecimos no al 2%, la dictadura creció al 2,9 %. Entonces si los ricos estaban sacando una tasa de retorno del capital de 5% y la economía creció 2, 9 los salarios no crecieron, cayeron en la dictadura. El salario del 89 era menor que el del año 70. En los 90, en el gobierno de Aylwin, los salarios crecían 4 o 5% por año. En 10 años, es sobre el 60% o 70% que crece. Crecen el producto, el empleo, aumenta el empleo en las mujeres. Todas esas cosas hay que considerarlas. Entonces lo de Piketty es muy admirable, cómo ha logrado remover conciencia y poner este interesante tema en el tapete, pero él no está discutiendo todo este tipo de cosas, porque está hablando por Francia o por Europa, que crece poco; él está muy centrado en el deterioro de la distribución del ingreso que ha habido en los tiempos recientes en Estados Unidos y Europa.

-Pero, ¿se puede cambiar la desigualdad?
-Podemos cambiar esto. ¿Cómo? Reforma Tributaria progresiva, aunque tiene componentes regresivos, que gravan el ingreso de los ricos. En la Reforma Tributaria quedaron tres vacíos grandotes. Uno, la renta presunta. Agostini nos dice que lo que se hizo en el protocolo fue una concesión a la derecha para tener sus votos. Gracias a eso tenemos la reforma, que en el resto es buena. La renta presunta beneficia al 8% de los chilenos más ricos y la definición de pymes que son requetecontra grandes, porque se disfrazan de pymes, también es regresiva; esas cosas hay que corregirlas. Yo soy partidario del 100% de desintegración. Se desintegró un tercio de lo que se llama el sistema integrado y desintegrado, que es un tema técnico complejo. Desintegrar es progresivo, grava al capital, por lo tanto, se rompe esa cadena de reproducción de la desigualdad y los gobiernos de la Concertación rompieron eso en los 90. Después nos enredamos, cuando le fuimos dando concesiones a las ganancias de capital. Éstas son regresivas, eximimos de impuesto al que gana comprando y vendiendo acciones y bonos. Malo. Siempre critiqué eso, que se hizo mucho en los 2000, liberalización de la cuenta de capitales, malo, favorece la especulación y esta regresiva. El desarrollo productivo lo podemos hacer progresivo si apoyamos a las pymes, reformamos el mercado de capitales, etcétera.

-¿Chile está bien encaminado para superar la desigualdad?
-El resumen de la Concertación: crecimos al doble de lo que fue en la dictadura. El ingreso por habitante se duplicó. Redujimos la desigualdad en los primeros años, mejoramos fuertemente y después nos chantamos, y eso tiene que ver con retroceso en las políticas. Como los cambios tributarios que liberan las ganancias de capital. La liberalización de la cuenta de capitales que permite que platas especulativas se vengan de Francia o Estados Unidos a especular acá y el que especula le gana al resto de la gente, redistribuye negativamente. Necesitamos corregir esas cosas ahora. La Reforma Tributaria es una gran corrección, la reforma laboral también, y lo educacional, si lo hacemos bien. Porque este último aspecto está monstruosamente confuso. Hay que fortalecer la educación pública, que quedó para el final y tenía que estar al comienzo. Incomprensible lo que pasó. Y tenemos que darle gran impulso a las pequeñas y medianas empresas. Hacer una gran reforma al mercado de capitales, contra la especulación y a favor de la inversión de las pequeñas y medianas empresas.

Demasiada desigualdad

Chile es el país de la OCDE con más desigualdades entre los ingresos de los ricos y los pobres, aunque también es uno de los que han corregido en alguna medida esa tendencia desde el comienzo de la crisis financiera mundial en 2007.

Nuestro país destaca por ser el que mayor brecha presenta entre los ingresos del 10% más rico y el 10% más pobre y el que tiene el más alto coeficiente de Gini (medida de la desigualdad ideada por el estadístico italiano Corrado Gini, que normalmente se aplica a la medición de los ingresos), con datos para Chile basados en la más reciente encuesta gubernamental de Caracterización Socioeconómica (Casen 2011).

Ese coeficiente, según los cálculos de la OCDE, es del 0,50 para Chile en 2011, lo que lo sitúa en lo más alto de la escala de la desigualdad, pero con una ligera mejoría desde el 0,51 de 2009 y 2006.

El 10% más pobre de la población obtiene sólo el 1,5% del ingreso total, contra un promedio OCDE de 2,9%, mientras el 10% más rico obtiene la altísima cifra de 40,9% del ingreso total, la más alta de la OCDE, cuyo promedio en este indicador de concentración distributiva es de 24,4%, lo que constituye una diferencia considerable.


FUENTE: CAMBIO 21

No hay comentarios:

Publicar un comentario