SEC investiga a todas las distribuidoras del país para determinar qué sistema de cálculo aplican en sus tarifas
Superintendencia ordena a Chilquinta restituir dineros mal cobrados a clientes industriales
Publicado: 10.04.2013
Mes
a mes, 92 mil clientes industriales pagan sus facturas de electricidad
en todo Chile, confiados en que las empresas del rubro les cobran por lo
que efectivamente consumieron. Error: la empresa consultora Dóminet
detectó que al menos Chilquinta y tres distribuidoras del grupo CGE en
el norte, facturaron el consumo con una fórmula de “redondeo”, lo que
significó en algunos casos varios millones de pesos en perjuicio de sus
clientes. La Superintendencia rechazó esta práctica y obliga a
refacturar y restituir los cobros indebidos. Chilquinta va a recurrir a
la justicia: insiste en que el sistema de cálculo es correcto.
Hasta 2011, Agrícola
El Canelillo pagó regularmente y sin cuestionamientos las cuentas de
electricidad por los suministros en un campo de 350 hectáreas que
produce paltas y cítricos de exportación, cerca de Quillota. Pero fue en
ese año que su gerente general Luis Macchiavello se llevó una sorpresa.
Durante una consultoría para lograr mayor eficiencia energética, al
revisar los gastos en electricidad, que representan el 13% de sus
costos, descubrió que al menos durante los últimos cinco años le habían
cobrado casi $500 mil pesos de más en la facturación. La responsable:
Chilquinta, empresa distribuidora para la Quinta Región.
La suma no es significativa para el volumen de costos que maneja esta
empresa, sin embargo, decidieron formalizar un reclamo por los cobros
extras:
-Consideramos que no corresponde que nos hagan cobros fuera de lo que
establece la reglamentación vigente, aunque se trate de montos
pequeños. En todo caso, no me extrañó demasiado porque ya hemos tenido
antes muchos problemas y lamentablemente, no tenemos alternativa porque
Chilquinta es la única empresa distribuidora para nuestra región -dice
Luis Macchiavello,
Agrícola
El Canelillo se convirtió en la punta de lanza para una pelea de mayor
envergadura, que hoy tiene a la Superintendencia de Electricidad y
Combustible (SEC) investigando a todas las distribuidoras de
electricidad del país. Lo que se busca determinar es qué sistema de
cálculo utilizan para aplicar los distintos tipos de tarifa eléctrica
que fija la ley, en la facturación para clientes industriales, los que
suman más de 92 mil a lo largo del país (ver circular de la SEC).
El superintendente Luis Ávila advierte que esos mecanismos de cobro “no
pueden vulnerar el derecho de los usuarios de tener una factura que
represente lo efectivamente consumido”.
Lo que parecía un caso aislado, detectado por la empresa consultora
Dóminet, se convirtió en el primer hallazgo de una serie de cobros
indebidos que afectó no sólo a los clientes industriales de Chilquinta,
sino también a quienes contrataron servicios con las empresas
distribuidoras eléctricas del norte del país, del grupo CGE.
Christian Simpson y Gonzalo Barros, fundadores de la empresa
consultora, implementaron el software Cuenta OK, una herramienta de
contabilidad energética que permite desagregar los gastos y ahorros en
electricidad de una industria.
-Sin que estuviera dentro de nuestros plantes, Cuenta OK se
transformó en una herramienta de fiscalización que nos permitió detectar
errores no sólo en ésta sino en otras cuentas. En el caso de Agrícola
El Canelillo, durante seis meses en el año les cobraron 0,5 kW mensuales
adicionales, los que en la práctica ellos nunca consumieron –indica
Christian Simpson.
Chilquinta es la cuarta mayor distribuidora de electricidad en Chile,
para clientes industriales. De propiedad del holding estadounidense
Sempra Energy, junto a sus filiales Energía de Casablanca, Compañía
Eléctrica del Litoral, Luz Linares y Luz Parral, abastecen a más de 500
mil clientes en las regiones de Valparaíso, Maule y Concepción, entre
residenciales e industriales.
LA PRÁCTICA DEL “REDONDEO”
Las cuentas de los 5,5 millones de clientes residenciales no se ven
afectadas por este problema, porque el sistema de cálculo es simple y
directo: se cobra según lo que indica el medidor particular. En cambio,
los clientes industriales –que corresponden a quienes consumen más de
2.000 kilowatts (kW)- se rigen por cobros diferenciados. Además de la
energía mensual consumida, deben pagar un peaje de distribución
por el transporte de electricidad que realiza Chilquinta u otra de las
31 compañías existentes en Chile. Y ese monto varía. Las industrias
pueden elegir entre 10 tarifas la que más les convenga, según sus
requerimientos de energía. Las irregularidades que denuncia Dóminet se
producen en cuatro de ellas: las tarifas de baja tensión (BT) 3 y 4.3, y
las de alta tensión (AT) 3 y 4.3. Los tres suministros de Agrícola
Canelillo emplean la tarifa de peaje de distribución 4.3.
Dentro de ese rango tarifario, cada empresa distribuidora tiene sus
propias fórmulas para calcular los cobros. En este caso, Chilquinta
utilizó el método del “redondeo”, es decir, cuando el consumo de
kilowatts arrojaba decimales, se aproximaba el cobro al entero
siguiente, facturando 0,5 KW de más que se fueron acumulando en el
tiempo.
La base de ese cobro para el llamado peaje de distribución es la demanda máxima de potencia en horas punta,
o la potencia máxima de electricidad que una industria empleó entre las
18:00 hrs. y 23:00 hrs. de los meses de abril a septiembre. Por
ejemplo, la mayor potencia diaria en horas de punta que usó Agrícola El
Canelillo en abril de 2011, fue de 14 kW, que es lo que ese mes
finalmente pagó como peaje de distribución a Chilquinta. El problema se
produce entre octubre y marzo, los meses estipulados por la Comisión
Nacional de Energía como “fuera de punta”. Para calcular el valor de
este peaje se promedian las dos mayores demandas registradas entre abril
y septiembre del año anterior.
Por ejemplo, si en un año esas demandas máximas fueron 100 y 102 kW,
la empresa pagará 101 kW, adicionales a la energía consumida ese mes.
Los cobros no arrojaron problemas mientras el resultado dio un número
entero. El problema se produjo cuando ese promedio arrojó un número
decimal como resultado. Si en el ejemplo anterior las dos mayores
potencias fuesen 100 y 101, la mayoría de las distribuidoras de
electricidad del país cobrarían al consumidor el promedio exacto: 100,5
kW. En cambio, Chilquinta redondeó el decimal y facturó 101 kW. Esto
quiere decir que mensualmente cobraron 0,5 kW adicionales que el cliente
nunca consumió. Por este concepto, Agrícola El Canelillo pagó $444.465
extras en las facturaciones entre 2007 y 2011.
“NADIE NOS PUEDE OBLIGAR A REFACTURAR LOS COBROS”
El 16 de agosto de 2011, Christian Simpson y Gonzalo Barros
presentaron en nombre de Agrícola El Canelillo el primer reclamo frente a
Chilquinta por “redondeos” en los cobros de la demanda máxima de
potencia de clientes industriales, solicitando una restitución de los
$444.465 pesos cobrados erróneamente.
Un mes más tarde, el 5 de septiembre, recibieron una carta
de Viviana Urtubia Urbina, jefa de Calidad de Servicio y Gestión de
Presentaciones de Chilquinta Energía, quien explicaba: “Históricamente
se ha trabajado con números enteros (…) Es del caso señalar que la SEC,
en uso de su potestad normativa, no ha hecho referencia a cambios en la
modalidad de aproximación. Además, actualmente no existen mecanismos legales que obliguen a la empresa a hacer una refacturación histórica por los montos cobrados”.
La negativa de Chilquinta a compensar $444.465 cobrados erróneamente a
Agrícola El Canelillo, motivaron a Christian Simpson y Gonzalo Barros a
llevar su denuncia a la máxima autoridad de electricidad en Chile: la
Superintendencia de Electricidad y Combustibles. Un año después, el 12
de noviembre de 2012, el director regional del organismo, Marcelo Abril
Labra, envió la ordenanza 1930
a Chilquinta Energía, instruyendo la refacturación sin aproximación de
decimales de los consumos de Agrícola El Canelillo y, en caso de
detectar errores, la restitución de las sumas cobradas irregularmente
por el “redondeo”.
El dictamen tuvo como base un memorando del jefe de la División Jurídica de la SEC, Sergio Corvalán Valenzuela,
quien el 30 de octubre de ese año estableció que Chilquinta “ha
utilizado una forma de cálculo del valor del consumo que pudiera, en
principio, no cumplir los estándares de correcta medición y facturación del servicio que impone la normativa vigente”.
En opinión de Chilquinta, ninguna ley u ordenanza prohíbe el redondeo
de los cobros de demanda máxima de potencia. Por eso, la compañía
interpuso un recurso de reposición ante la SEC. El subgerente de
Operaciones Comerciales de Chilquinta, Gabriel Navarro Bello, justificó
en su reclamación que el cálculo en base a promedios “trae como consecuencia lógica del proceso matemático de cálculo la aplicación de la regla de aproximación al entero más próximo, pudiendo ser, por ende, el entero superior o el entero inferior, teniendo como referencia el decimal 0,5”.
-Es
matemáticamente imposible que haya compensación para el cliente. Jamás
el cálculo arrojará un decimal que se redondee hacia abajo, porque los
promedios de demandas máximas siempre se calculan con números enteros.
Si un mes el promedio da 100,5 lo suben a 101, aclara Christian Simpson.
Es cierto que la normativa no prohíbe explícitamente la aproximación
de decimales en los cobros de energía, sin embargo, hay indicios en los
artículos 221° y 222° del Decreto Supremo 327 de 1997,
que fijó el Reglamento de la Ley General de Servicios Eléctricos. Allí
se establece que los concesionarios de distribución de electricidad son
los responsables de la calidad del servicio, entre los que se incluye la
correcta medición y facturación de los servicios prestados. El
superintendente de la SEC, Luis Avila, acota: “Corresponde que el precio
que un usuario debe pagar esté directamente relacionado con lo que
efectivamente haya consumido, ni un peso más ni un peso de menos, y por
lo mismo, las empresas distribuidoras deben asegurarse de realizar
correctamente sus procesos de medición y facturación”.
El recurso de Chilquinta no fue acogido. El 1 de abril de 2013, la
SEC regional de Valparaíso confirmó el dictamen anterior, de diciembre
2012, que obliga a Chilquinta a refacturar los cobros a Agrícola El
Canelillo, saldando luego los montos a favor de la empresa, si los
hubiere. (ver documento SEC V Región).
Chilquinta respondió oficialmente que no se pronunciará sobre el tema,
porque “lo resuelto por la SEC no se encuentra ejecutoriado, existiendo
recursos judiciales pendientes que la empresa ejercerá”. Mientras, el
gerente general de la Agrícola El Canelillo, Luis Macchiavello, dijo que
“hasta ahora no hemos tenido ninguna comunicación por parte de
Chilquinta, esperamos que se cumpla el dictamen de la SEC”.
A pesar de que Chilquinta ha defendido sostenidamente su sistema de
redondeo, resulta llamativo que haya resuelto modificar el sistema de
cobros a partir de diciembre de 2012, con posterioridad al reclamo de
Dóminet. La jefa de Calidad de Servicio y Gestión de Chilquinta, Viviana
Urtubia, adelantó el cambio de sistema, en una carta que envió a
Dóminet el 5 de septiembre de 2011:
“Chilquinta Energía S.A. está en un proceso de innovación en el
cálculo de las demandas leídas y facturadas, con el objeto de aplicar un
redondeo a un decimal (…) Estamos en un proceso de mejora continua,
haciendo las gestiones y cambios que permitan dar mayor agilidad y
transparencia a todos nuestros procesos”.
Christian Simpson aporta otro antecedente. Chilquinta eliminó de su
sitio web los detalles de facturación de años anteriores. Hoy los
clientes sólo pueden acceder a los cobros de 2012, el año en que dejaron
de aproximarse los decimales:
-Es raro. Cuando en 2012 Chilquinta deja de “redondear”, dicen que
son innovadores, pero la mayoría de las eléctricas había implementado el
uso de decimales hace años. A tal punto llega su defensa, que ahora
borraron todas las estadísticas de los clientes anteriores al uso de
decimales, pero ellos insisten en que “redondear” es correcto.
DEVOLUCIÓN EN ELÉCTRICAS DEL NORTE
Chilquinta no fue la única distribuidora que realizó cobros
adicionales a clientes industriales. A partir de ese caso, Christian
Simpson y Gonzalo Barros analizaron en detalle la facturación de todos
sus clientes de norte a sur, entre los que se incluyen Banco de Chile y
Scotiabank. “Así descubrimos que varias filiales del norte del grupo CGE
cometían el mismo error de aproximación de decimales, con consecuencias
nefastas para sus clientes” explica Christian Simpson, de Dóminet.
Estas son las distribuidoras Emelari, Eliqsa y Elecda, que suman
4.618 clientes industriales. Las tres empresas forman parte del holding
CGE, que suma diez distribuidoras y que abastecen un 40% de las
necesidades energéticas del país. A modo de ejemplo, tras analizar los
consumos de la sucursal Arica de Scotiabank, comprobaron que entre
diciembre de 2007 y noviembre de 2012, Emelari cobró a Scotiabank 28,5
kW adicionales por “redondeo” de demandas máximas en la tarifa BT 4.3.
Los gerentes de Dóminet de inmediato se contactaron con Emelari. Con
escasas expectativas, dada la negativa anterior de Chilquinta a
refacturar los cobros de sus clientes, creyeron que nuevamente sería
necesaria la mediación de la SEC. Pero no fue así. Tras reunirse con
Israel Luna, supervisor comercial de la distribuidora eléctrica, el 31
de diciembre Dóminet recibió una carta
informando la eliminación del redondeo de decimales y la devolución
inmediata de los 28,5 kW cobrados erróneamente a Scotiabank.
-Nos hicieron una exposición detallada y concluyeron que
efectivamente el problema era de ellos, que lo corregirían y devolverían
la plata porque era lo justo. Si CGE admitió el error y tuvo una
excelente disposición para compensar a los afectados, ¿por qué
Chilquinta sigue argumentando que “redondear” es correcto? –explica el
gerente comercial de Dóminet.
LOS OTROS AFECTADOS POR CHILQUINTA
La
Agrícola Quintil, de Quillota, es otra de las empresas afectadas por
los cobros extra de Chilquinta. Cansados de pagar cuantiosas sumas a
Chilquinta, en 2012 contrataron a Dóminet para reducir sus costos de
electricidad. Su sorpresa fue mayúscula al descubrir que la mitad del
año pagaba 0,5 kW adicionales por causa del “redondeo”:
-Al principio sólo queríamos reducir los costos de electricidad, pero
cuando Dóminet revisó nuestras facturas descubrimos que Chilquinta nos
cobraba mal la demanda máxima. No teníamos cómo saberlo, porque en la
factura sólo aparece el total a pagar–explica Maricel Araya, gerente de
Administración y Finanzas de Agrícola Quintil.
Christian Simpson admite que las facturas no permiten detectar la
aproximación de decimales, principalmente porque las boletas no detallan
cómo se calcula el promedio de la demanda máxima. Sin un software -como
CuentaOK- que permita desglosar las facturas, comprobar el “redondeo”
es prácticamente imposible. Por eso en Dóminet aseguran que hoy miles de
clientes industriales de Chilquinta desconocen que durante años también
pagaron demás.
A pesar de que Chilquinta sigue negándose a devolver los montos
facturados erróneamente, el 15 de enero de 2013 Dóminet realizó un
segundo reclamo, por las facturaciones de otros 55 suministros a los
bancos de Chile y Scotiabank en Valparaíso, Viña del Mar, Quillota, La
Calera, Los Andes, San Felipe, San Antonio, Quilpué, Villa Alemana,
Quintero y Concón. Todos utilizan las tarifas 3 y 4.3 y, de acuerdo a
los cálculos de Dóminet, en cinco años pagaron $13.750.000 extras a
causa del “redondeo”.
Agrícola Quintil es una empresa mediana que a causa del “redondeo” de
Chilquinta vio perjudicada su estructura de costos y aún no es
compensada:
-No tenemos cómo saber lo que Chilquinta nos promedia porque jamás
nos han informado cómo calculan los cobros. Y en la práctica, los únicos
perjudicados somos los clientes. Lo que anualmente pagamos de
electricidad es el 10% del total de nuestros costos y con el redondeo
más encima nos cobran más dinero del que corresponde. Es un abuso
-enfatiza Maricel Araya, gerente de Administración y Finanzas de
Agrícola Quintil.
La pregunta es por qué la Superintendencia no pudo detectar antes
este sistema de cobro, que hoy considera indebido. “La SEC posee
diferentes herramientas para realizar su labor fiscalizadora –explica el
superintendente Luis Ávila-. Se solicita información a las empresas
respecto de sus procesos, se reciben denuncias y reclamos que derivan en
investigaciones administrativas y se realizan análisis de datos e
información disponible, privilegiando aquellos mercados masivos y
expuestos a mayores riesgos. En este caso, se inició la investigación
correspondiente al caso puntual, y adicionalmente, se instruyo una
investigación a nivel nacional, la que está en desarrollo”.
La investigación de la SEC está muy avanzada. Ya informaron las 31
distribuidoras eléctricas sobre las fórmulas que utilizan para los
cálculos en el consumo industrial. En la Superintendencia adelantaron
que si detectan cobros con sistema de “redondeo”, como en el caso de
Chilquinta y CGE, seguramente aplicarán la misma medida: refacturar y
restituir cobros indebidos.
FUENTE: CIPERCHILE
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