El antiguo comandante sandinista Daniel Ortega volvió a ser reelegido presidente de Nicaragua con el 66,4% de los votos, según los primeros resultados anunciados por el Consejo Supremo Electoral (CSE). Los mismos datos preliminares, con tan solo el 6,7% escrutado, otorgan el 25.5% de los sufragios al líder de la oposición liberal, Fabio Gadea, que contaba con el apoyo de los disidentes sandinistas, y el 7% al expresidente Arnoldo Alemán.
La jornada electoral , presidida por un clima de polarización política entre los fieles del líder sandinista y los partidarios de la oposición liberal encabezada por Gadea, transcurrió de forma pacífica pero estuvo salpicada por las denuncias de irregularidades y anomalías en los centros de votación.
Dante Caputo, presidente de la misión de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA), informó que su equipo no había podido acceder al 20% de las mesas electorales que tenían previsto vigilar lo que desvirtuaba su media estadística e iba a limitar su veredicto sobre la limpieza de los comicios, que será hecho público esta mañana. Roberto A. Courtney, director de la organización Ética y Transparencia, aseguró por su parte, que“no podían darle validez por ausencia de interventores de la oposición en casi el 20% de las Juntas Receptoras de Votos”, es decir, en su opinión, eran sospechosos de fraude más de 500.000 votos de los 3,4 millones de nicaragüenses llamados a las urnas. La misión de observadores de la Unión Europea no emitirá un informe provisional hasta el martes.
De confirmarse y ser validada por la comunidad internacional, la reelección de Ortega, pese a haber tenido que alterar la Constitución que hasta hace unos meses la prohibía expresamente, se debe principalmente a la mejora de la situación económica del país en los dos últimos años, con un crecimiento del PIB ligeramente superior al 4%, gracias a la a la bonanza de las exportaciones, sobre todo azúcar y café, y a la fundamental cooperación del presidente venezolano, Hugo Chávez, que le permitió desarrollar una política asistencial hacia los más pobres.
La jornada electoral , presidida por un clima de polarización política entre los fieles del líder sandinista y los partidarios de la oposición liberal encabezada por Gadea, transcurrió de forma pacífica pero estuvo salpicada por las denuncias de irregularidades y anomalías en los centros de votación.
Dante Caputo, presidente de la misión de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA), informó que su equipo no había podido acceder al 20% de las mesas electorales que tenían previsto vigilar lo que desvirtuaba su media estadística e iba a limitar su veredicto sobre la limpieza de los comicios, que será hecho público esta mañana. Roberto A. Courtney, director de la organización Ética y Transparencia, aseguró por su parte, que“no podían darle validez por ausencia de interventores de la oposición en casi el 20% de las Juntas Receptoras de Votos”, es decir, en su opinión, eran sospechosos de fraude más de 500.000 votos de los 3,4 millones de nicaragüenses llamados a las urnas. La misión de observadores de la Unión Europea no emitirá un informe provisional hasta el martes.
De confirmarse y ser validada por la comunidad internacional, la reelección de Ortega, pese a haber tenido que alterar la Constitución que hasta hace unos meses la prohibía expresamente, se debe principalmente a la mejora de la situación económica del país en los dos últimos años, con un crecimiento del PIB ligeramente superior al 4%, gracias a la a la bonanza de las exportaciones, sobre todo azúcar y café, y a la fundamental cooperación del presidente venezolano, Hugo Chávez, que le permitió desarrollar una política asistencial hacia los más pobres.
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