miércoles, 15 de junio de 2011

La protesta generalizada y no atendida sólo sirve al retraso, al enfrentamiento y a la profundización de los problemas.


Insatisfacción es lo que marca en forma visible y rotunda la ola de protestas que abundan en el país. Puede resultar curioso, cuando Chile espera crecer por arriba de 6% mientras la inflación se mantiene en torno a sólo un 4% anual. Y es que el problema va mucho más allá de la situación económica y política de corto plazo. En primer lugar, porque se protesta contra la clase política ya que, en definitiva, se observa que la nación carece de propuestas en temas fundamentales, y se mantiene enfrentando situaciones puntuales que acumulan significativos problemas. En segundo lugar, porque existen temas abordados en forma insuficiente y que generan graves problemas ciudadanos que causan frustración y reclamo. La extremadamente desigual distribución del ingreso y falta de oportunidades es uno de esos temas, como también el deficiente servicio de transporte público, la inseguridad que sufre diariamente la ciudadanía, el alto nivel de endeudamiento y la deficiente educación pública, entre muchos otros. Por ello, se observa que la protesta en torno a uno de estos temas, causa adhesión multitudinaria, ya que es todo el cúmulo lo que determina el grado de adhesión. El caso de la educación, por ejemplo, muestra el cansancio que siente el país entero frente a situaciones que se repiten periódicamente y que no han sido enfrentadas con la decisión firme que uno espera de los liderazgos políticos. El país está cansado de ver protestas estudiantiles, que en vez de situaciones puntuales apuntan a problemas globales, pero igualmente concitan apoyo de muchos porque identifican sus propios problemas con aquéllos. El país necesita atender esos reclamos, incluida la necesidad de un mayor envolvimiento ciudadano en decisiones de impacto nacional, como son las inversiones en fuentes energéticas. Nuestros políticos necesitan construir un acuerdo transversal sobre temas de trascendencia y un liderazgo conductor. La protesta generalizada y no atendida sólo sirve al retraso, al enfrentamiento y a la profundización de los problemas.

FUENTE:ESTRATEGIA

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