Entrevista Exclusiva
Aucán Huilcaman:“No estamos haciendo una reivindicación, sino apelando a tratados ya existentes”
Loreto Soto
El vocero del Consejo de Todas las Tierras
dio a conocer las posturas que mueven el llamado a la Cumbre de Cerro
Ñielol programada para el próximo 16 de enero. Uno de los aspectos
principales se relaciona con el reconocimiento de la vigencia y
aplicación de los tratados de 1823 y 1825. Aquí los detalles de lo que
se espera de este encuentro que podría marcar un hito en el desarrollo
del denominado “conflicto mapuche”.
1881 es clave en la historia de las relaciones entre el pueblo
mapuche y el Estado de Chile. En pleno proceso de “Pacificación de la
Araucanía”, ese año se registraron varios levantamientos indígenas como
el de Traiguén, Malleco, Lumaco, Nueva Imperial y la Batalla de Temuco,
que dejaron a miles de mapuches muertos y al Ejército chileno
adentrándose cada vez más en la ocupación de la zona.
En medio de los enfrentamientos, se recuerda la Cumbre del Cerro
Ñielol como uno de los hitos más importantes de ese periodo. Allí se
celebró un Parlamento entre representantes mapuches y de la República de
Chile, donde los primeros acordaron ceder parte de su territorio para
que los colonos pudieran edificar Temuco y así declarar la paz entre
ambos pueblos. Al menos, eso es lo que cuenta la historia oficial.
En el lugar preciso donde se realizó este encuentro, hoy se levanta
un centro ceremonial compuesto por cuatro chamamules (estatuas de
madera), que dan origen a la Patagua del Armisticio, que mira desde la
cumbre del cerro a la ciudad como recuerdo de este hecho.
Por lo mismo – y en medio de la conmoción que generó el ataque
incendiario que provocó la muerte del matrimonio Luchsinger –Mackay – es
que el llamado de diversas organizaciones indígenas a realizar una
nueva Cumbre en el Cerro Ñielol el próximo 16 de enero, podría marcar un
antecedente importantísimo en el desarrollo actual del denominado
“conflicto mapuche”.
La convocatoria fue firmada por altos representantes de distintas
comunidades de la zona, quienes invitaron al Presidente Sebastián
Piñera, a todo el Congreso, al presidente de la Corte Suprema y de los
tribunales de Temuco, a los candidatos presidenciales, partidos
políticos y a “todas las organizaciones que quieran subsanar esta
situación”, a participar de esta iniciativa.
El werkén y vocero del Consejo de Todas las Tierras, Aucán Huilcaman,
compartió con Radio Universidad de Chile todos los detalles de lo que
se espera lograr en este encuentro.
El lugar escogido para realizar esta Cumbre tiene un gran valor
simbólico ¿Por qué se decidió impulsar una convocatoria así justo en
este momento?
Este será de los eventos más significativos que se van a realizar en
el último tiempo por la concurrencia de distintas comunidades mapuche
del territorio ancestral. Va mucho más allá de la coordinación de
organizaciones. Va a ser una reunión muy masiva y significativa por el
hecho de que concurrimos al mismo lugar después de más de un siglo desde
que supuestamente se había consumado la Pacificación de la Araucanía.
Hoy venimos a reafirmar los derechos e invitamos a la sociedad chilena a
resolver un asunto en el que, después de más de cien años, no se ha
podido obtener acuerdo.
¿Cuáles son los puntos que no han permitido llegar a consenso en la historia de este conflicto?
Primero hay que decir que desde 1881 en adelante, el Estado chileno
ha intentado una chilenización, una domesticación y ha mantenido un
colonialismo permanente con los mapuche. Se ha tratado el problema
adoptando políticas públicas con las comunidades, en especial, en los
últimos 25 años, pero eso no ha sido suficiente. Los temas fundamentales
siguen estando pendientes como la autodeterminación y la aplicación y
cumplimiento de los tratados que celebraron nuestros antepasados con el
Estado chileno y también con el sistema colonial hispano. Vamos a pedir
que éstos se cumplan y se apliquen bajo los mismos principios que Chile
exige que se ratifiquen en La Haya en la presentación con Perú.
¿Qué tratados tomarán en cuenta?
En 1823 y 1825 hay dos eventos donde el Poder Legislativo autoriza al
Ejecutivo a realizar un Parlamento General con los mapuche más allá de
la frontera del Biobío. En el decreto se especifica que este Parlamento
significa un término amplio e incluyente. También se hace
reconocimiento a la frontera y el reconocimiento expreso y claro a la
existencia de otra comunidad. Cuando dos poderes del Estado se autorizan
recíprocamente para actuar en territorio indígena, es porque están
reconociendo a otro sujeto con potestad para tomar decisiones y
obligarse a actuar sobre esos acuerdos. Eso está plenamente vigente. Se
ratificó la frontera con el Biobío, pero después con la Pacificación de
la Araucanía se violó.
¿Cuál sería el argumento jurídico para hacerlos valer?
El 13 de septiembre de 2007 el derecho internacional reconoce que los
tratados celebrados con los pueblos indígenas deben cumplirse de buena
fe, tal como se considera en su espíritu. Por lo tanto, los tratados
mapuche están respaldados y reconocidos por el derecho internacional. No
estamos haciendo una reivindicación, sino que vamos a hacer un uso de
los tratados ya existentes. En ese sentido, se va a hablar de dos temas
sustantivos: que la autodeterminación debe consistir en un régimen
autonómico y que los tratados se deben respetar y cumplir de buena fe.
Nosotros vamos a proponer fórmulas para el cumplimiento. Hay una
experiencia muy significativa en Nueva Zelanda con los Maorí en su
aplicación, en partes de Canadá y de Estados Unido también. Hay muy
pocos pueblos indígenas que tienen tratados en el mundo y el pueblo
mapuche es uno de ellos.
El Gobierno ha adelantado que se podría abordar el problema con el
reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas, dando
cumplimiento al Convenio 169 de la OIT e impulsando un Parlamento
indígena que sirva como órgano representativo y de interlocución ¿Qué
valoración le da a estas iniciativas?
Los reconocimientos constitucionales y los distintos proyectos que se
han enviado siempre han tenido como finalidad restringir y limitar los
derechos de los pueblos indígenas. Un reconocimiento constitucional a
esta altura siembra incertidumbre, cuando tenemos derecho
internacionalmente aceptado a la autodeterminación. Si ese
reconocimiento incluyera el principio de autodeterminación y los
tratados como forma de relación de los derechos tangibles en materia
territorial sería útil, de lo contrario, no serviría. Nos parece
apresurado que se tome de esa manera cuando tuvimos 20 años para
discutir esto y no se quiso. Muchas comunidades ya no reivindican el
Convenio 169 porque, en definitiva, establece que debiera haber una
autoridad a cargo una vez que entrara en vigencia y no se ha nombrado a
nadie. El convenio no tiene viabilidad mientras no haya una autoridad de
alto nivel para su cumplimiento. Con esto queda casi al margen de
derechos como la autodeterminación.
En un principio las autoridades habían rechazado asistir a la
Cumbre e incluso cuestionaron su representatividad ¿Cómo interpreta
esta postura?
Cuando la ministra Cecilia Pérez dijo eso, carecía de toda la
información. Yo lo entiendo porque ella está en Santiago. El encargado
de transmitir a la capital lo que sucede es el Intendente, por lo tanto,
él está entregando datos limitados, que desinforman al gobierno. Me
pareció apresurada la reacción. Me parece que con la ligereza con la que
el Ejecutivo toma las cosas no puede actuar en un tema tan profundo
como es la causa indígena. Me parece bien que haya rectificado porque
siempre es sano para toda persona y todo gobierno rectificar. Nosotros
hemos invitado al Presidente de la República porque queremos realizar un
Parlamento con mismos principios y buena fe que movieron los de la
época colonial y en la época inicial de la república de Chile. Él
todavía no ha respondido formalmente.
Si pese a la relevancia y a las intenciones del encuentro el Gobierno decidiera no mandar un emisario ¿En qué pie quedarían?
Yo no podría creer que el Presidente no acuda al diálogo. Aquí
tenemos responsabilidad recíproca, tanto el Estado chileno con sus
instituciones y el pueblo mapuche. Nosotros estamos invitando a la
sociedad chilena. Estamos contra el tiempo, pero todos los que tengan
algo que decir y quieran subsanar esta situación serán bienvenidos en la
cumbre y podrán expresar sus puntos de vista, tal como nosotros
expresaremos los nuestros. Será una cumbre para escucharnos y a partir
de ahí tomar la decisión más apropiada y aceptable recíprocamente. En
esa línea, no creo que el Presidente se resista a esto. Aquí no hay un
protocolo, sino un desafío que resolver de más de un siglo.
¿Qué es lo que esperan de la Cumbre del 16 de enero?
El día 16 de enero habrá un antes y un después y posiblemente el
llamado que hagamos va a ser tan fundamental y la ruta tan clara, que
los 130 años en que hemos estado insistiendo en ser reconocidos e
incluidos ya casi está siendo superado por el tiempo. Es por eso que el
diálogo que estamos impulsando es desde el pueblo mapuche y será con
partidos políticos, con la iglesia, con los candidatos y es un diálogo
sincero sobre la base de los derechos fundamentales que hasta el momento
no han sido reconocidos.
Foto:Mapuexpress
FUENTE: RADIO U DE CHILE
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